sábado, 28 de noviembre de 2009

PARTE I "LA NIÑA DEL VOLCÁN"

Los lobos : noviembre 17 de 1694

Sor Juana escribe una carta a su amiga María Luisa donde le dice que los lobos la han acorralado para que cambia su forma de pensar de escribir: ella se encuentra angustiada por la carta antenagorica por lo cual la santa inquisición la juzgaría como a su amigo Palavicino (ya que en su sernos en el convento de San Jerónimo la llamo Minerva de América además le dijo que por sus palabras seria recordada como una santa. Su nombre había sido llevado al Santo Oficio por sus villancicos ya que eran considerados no sagrados, es decir, profanos. María Luisa era la ex virreina.

Sor Juana le dice que ya perdió el interés de todo que su curiosidad se había ido a la ira. Se consideraba un animal que se alimentaba del pensamiento de los demás y que su presa era el entendimiento de las palabras.

Menciona a Núñez de Miranda quien fue el que la metió al convento, Sor Juana estaba arrepentida por haber firmado la propuesta de fe renovada y llamar de nuevo a Núñez de Miranda como confesor.

Sor Juana se imagina los gestos de su amiga al estar leyendo los enigmas que escribió.

Amiga de las palabras
En Amecameca, había mucha falta de conocimiento, de enseñanza. El convento más cercano estaba en Tlayacapan y además solo los muchachos podían enseñar
Refugio Salazar era la maestra, la cual tenia como alumno a Martin, era negro, Refugio deduce que los negros también tenían inteligencia pero en ese tiempo existía una regla que impedía que eso sucediera. También tenía como alumno a su sobrino el cual era muy tímido por lo que no le gustaba participar solo. Martin era considerado como un esclavo.

Orta alumna era Josefa quien llevaba a su hermana pequeña Juana Inés. La maestra le dijo que era muy chica para que pudiera aprender. Josefa defendiendo a su hermana le cometa que ella era muy lista e inteligente. Sus padres de ellas eran Isabel Ramírez y Manuel de Asbaje. En realidad eran atendidas por su abuelo Don Pedro quien era el único letrado en su comunidad.
Llego el día de San Juan por lo cual felicitan a Juana Inés, pidiendo como regalo poder escribir la palabra: Iztaccihuatl. Por su parte la maestra escribió la palabra y Juana la pudo descifrar.


Comer conejos
Jacinto era el responsable de obtener la carne, una tarde cazo conejos y se los daría a su hermana María que era la sirvienta. Las niñas le tenían un gran afecto ya que siempre habían convivido con el. María, estaba embarazada, se queda con una pata de conejo para cuidarse de los espíritus del volcán según su creencia. Juana Inés comienza a platicar con la sirvienta sobre los escondites que tienen cada persona para su protección e Inés le pone el ejemplo de un caracol el cual se protege en su concha.

Isabel, sin hombre
Isabel Ramírez le faltaba aprender las letras. Vivía en Nepantla, pero su padre Pedro vivía en Vizcaya por lo cual no había un hombre en su casa.
Una tarde llego a visitarlas Diego Ruiz Lozano, era capitán además viudo sin hijos, en cambio Isabel tenia 3 hijas Josefa, Juana Inés y maría a la que le decían Marieta.
Diego estaba allí debido a un préstamo que don Pedro quería. La mañana siguiente Isabel recuerda a Nicolás, el era de piel oscura y muy dulce, trabajaba para su familia como esclavo.

Isabel acude a Amecameca en compañía de Nicolás. Ellos se veían en las caballerizas hasta una tarde que el no llega ella se da cuenta de que lo quiere. Hasta que aparece Pedro de Asbaje quien era mayor que ella, comerciante español. Por lo cual se unen ellos por lo que a su padre lo ilusiona ya que podría hablar con el sobre el material de la biblioteca de su casa.

Después Isabel regresa a Ponoayan y les dice a sus padres que Pedro no regresaría, por lo cual su padre le dice que ser español rico no era suficiente para ser mejor. Por lo cual se vuelve a quedar sin hombre.

Las hermanas
Josefa y Juana Inés les gustaba mucho contar historias en cambio a María, a quien le decían Marieta ya que la sirvienta o más bien la esclava también se llamaba así y podrían confundirlas, le aburría eso.

Juana e Inés salían a caminar todas las tardes hasta llegar a la cabaña y Marieta se quedaba rezando en casa. Una mañana Josefa se entera de que su tía María y su esposo Juan Mata invitaban a Inés a vivir en la ciudad por lo cual Juana piensa que la que tenia que tener esa oportunidad era ella ya que era mas grande.

Josefa no le hablaba a Inés por sus razones. Después de varios días ella reflexiona y se da cuenta que la culpa no era de su hermana Inés. Al día siguiente se habla ya que era la última tarde que pasaría en Ponoayan.




Beatriz, lejos del Mediterráneo
Ella tenía como destino viajar a todos los lados que acudía su marido Pedro. Uno de sus viajes fue al Atlántico y de allí a Nueva
España. Ellos ya tenían hijos, Isabel era una de ellas.
Una tarde Pedro se pone a ver mapas del mundo con su nieta Inés por lo que a su abuela Beatriz le parece muy interesante. A los dos les gustaba mucho adquirir mas conocimiento por lo cual pasaban bastante tiempo juntos y tenían una buena relación. Unos de los temas que conversaban era sobre la llegada de Colon al lugar habitado por indios, Inés le dice que también negros los cuales eran obligados a trabajar.
Mientras eso pasaba, Beatriz oraba en la capilla pidiendo el bienestar de su marido.

María Izta de los volcanes
María era la hija mayor. Su madre estaba muy enferma, mientras María tenía la curiosidad de saber donde estaba su padre. La salud de su madre empeoro, por lo cual Isabel decidió irse a la casa de los abuelos, con su padre Pedro en
Ponoayan.
Su abuelo Pedro llamaba a María “Princesa de esos lares” y el capitán a Inés la llama “Bellota”.
La familia se reúne en Nepantla para el bautizo de Antonia Ruiz hija de Francisca. En al parroquia de San Vicente Ferrer María rocía de agua bendita a su hermana Juana nombrándola Princesa de estos lares: Juana hace lo mismo nombrando a María “Izta de los Volcanes”.

Terminando la ceremonia María toma sus hermanas para unirse a su nueva hermana, su madre y el capitán. Enlazadas las manos evitaba que el Asbaje de su sangre por lo tanto de su padre se perdiera para siempre.

Un poema antes del baño
El sacristán acudió a la casa en Amecameca en nombre del Fray Gabriel de Neira para felicitar a Juana Inés por aquella a lavación escrita perfectamente al santísimo sacramento.
Se realiza un concurso donde Juana Inés realiza un poema especial para esa ocasión.
La maestra Refugio lo lleva a la iglesia para el concurso el cual es el ganador.

La voluntad de Pedro Ramírez
María Mata hija de Pedro hermana de Isabel acude a Ponoaya sola sin su esposo Juan, por lo cual llega muy cansada y molesta por el viaje. Isabel y su yerno invitan a vivir a su madre Beatriz a su casa, para que no se sintiera sola después de la muerde de Pedro su marido y papa de ellas.
A Isabel de deja de herencia Ponoaya, como dueña. Ellos tratan de convencerla, mientras que su nieta Inés se da cuenta que la abuela había cambiado por lo que se lo comenta a su tía María: Entre el abuelo e Inés existía un gran parecido en la forma de expresarse.
Mientras Inés se acerca al cuerpo de su abuelo, su tía la observa y nota que lo observaba como si se prometieran algo, por lo cual ella se acerca a Inés diciéndole que se valla con ella a la capital.

Sangre de mi sangre
Llaga Refugio Salazar a Amecameca ansiosa por que Inés se iba a la capital. También estaban Isabel y Diego. Estaba preocupados por que las niñas no llegaban, cuando llegan Isabel las abraza: por lo cual la sangre llama. Refugio al ver como las abraza susurra Sangre de mi sangre.
Juna Inés solo tenia 8 años y ya se iba a separar de su madre y se marcharía a la cuidad y tener un mejor futuro. La maestra seguía sorprendida por la forma de pensar y de ver al mundo por parte de Inés.
Sus hermanas Josefa y María estaban tristes. Cuando la suben a la carrosa se despide y le dice sangre de mi sangre. Y le desea lo mejor. Refugio solo le pide que le escriba.





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